GERARDO GOMEZ LOPEZ.
Un elegido por el destino en el arte de tocar la batería y un trotamundos de la música como tantos otros.
Estudió música desde muy niño con el maestro Odón Alonso e incluso militó durante un tiempo en la Banda Municipal de León que éste dirigía.
Como tantos músicos, se fijaba en otros con más experiencia para seguir aprendiendo en esas clases prácticas, lo que los libros y partituras no ponían. Nunca dejó de estudiar y nunca puso reparos a unirse a cualquier formación seria que le brindara la posibilidad de trabajar. Sus compañeros de León le llamaban cariñosamente “El trotamundos”. Así, en sus primeros años, estuvo tocando en Irún con una orquesta, luego en la de un circo y posteriormente con la del Teatro Argentino con la cual rodó por España durante dos años.
Después fijó su residencia en una provincia de gran tradición musical, Orense, hasta que con otro gallego afincado en León, José Bandín, regresaron para formar una orquesta en León que se llamó “Brisas”, con las que cosecharon grandes éxitos.
Al paso del tiempo, José María Ayala un músico militar que había dejado el ejército, se puso en contacto con Gerardo y con Bandín formando una orquesta para actuar como residente en la recién inaugurada Sala de Fiestas Club Radio de León. La orquesta se formó con los ya citados y el concurso de Ciriaco Cabrito y Bernardino de las Cuevas.
De León a Bilbao, Almería, Benidorm, Madrid y una breve estancia en Noruega donde tantos grupos y músicos leoneses han tocado. Y de nuevo de regresó a León donde trabajó sin descanso en la sala Universal, Siroco y otras. Llega a Noruega a mediados de los 60, con la “Orquesta Típica Española”, formada por José María Ayala al piano, Bernardino de las Cuevas (bajo y violín), Gerardo Gómez (batería), Ciriaco Cabrito (trompeta y violín) y Felicísimo Aller “Simín” como cantante, clarinete, saxo y violín es contratado por varios clubs de Oslo, donde coincide con las Hermanas Benítez.
El nombre de la orquesta era muy acertado y sugerente para entrar en el mercado nórdico, donde se apreciaba lo español, el repertorio romántico de tango, bolero y balada, así como todo el repertorio centroamericano y sudamericano cuyos ritmos dominaba a la perfección.
Cuando un músico despierta la atención y la consideración de otro músico o entendido, es un claro síntoma de su enorme valía. Así era Gerardo. Su forma de tocar, dinámica, espectacular y precisa era tan notoria que sin proponérselo aglutinaba las miradas de un público expectante que le reconocía al instante como genial o estratosférico. Tanto es así, que cuando estuvo en la sala “Arizona” en Bilbao, su forma de tocar no pasó desapercibida y su orquesta fue elegida para representar a la ciudad en un concurso nacional de variedades llamado “Festivales de España”.
Por su calidad con el instrumento y su habilidad para interpretar ritmos y estilos a primera vista en partitura, no tuvo inconveniente en acompañar actuaciones de paso, de artistas consagrados como Antonio Machín, el Dúo Dinámico y otros en varias ocasiones.
También formó parte de las orquestas “Betania” de Ponferrada y de “Suavecito Orquesta” un combo moderno de jóvenes músicos “conjunteros” autodidactas con ritmos clásicos, a quien Gerardo empujó convenientemente cuadriculando tiempos y compases con precisión, marcando entradas, empujando al resto de la banda, etc.
El mejor elogio que pudo tener Gerardo ha sido el reconocimiento de todos los que le conocimos y sobre todo, de sus propios compañeros de orquestas: “era como un reloj, perfecto en la medida, marcaba perfectamente, te ayudaba mucho, nunca se equivocaba …”
Gerardo más que sentir la música y las canciones, las vivía en toda su intensidad. Cuando calentaba un poco en la actuación y se metía dentro del ritmo de la canción, disfrutaba de lo lindo. “Agachaba un poco la cabeza y se concentraba, mostraba todo su talento con síncopas y golpes certeros, a veces añadía ligeros contratiempos para volver al ritmo. Se le veía feliz, en su salsa, vivía cada canción y a veces en el medio de la canción le oíamos bramar de pasión, de ilusión o de satisfacción, o por todas esas emociones a la vez”.
Solía emitir un “¡ahhhhhhh!” enorme y claro, perfectamente audible, sobre su forma de tocar tan exquisita, que muchos de nosotros, mas jóvenes, apreciábamos en alguna cuando presenciamos alguna de sus magistrales actuaciones.
Gerardo en su época con “Brisas”
Gerardo Gómez López.
Con la Orquesta BRISAS, al fondo a la izquierda.
Con la Orquesta BRISAS, pero en formato quinteto.
Con la ORQUESTA AYALA.
Bernardino de las Cuevas, Gerardo Gómez, José María Ayala, Felicísimo Aller “Simin” y Ciriaco Cabrito.
Con la ORQUESTA AYALA Y FERNANDO LEON, 1960, Sala Club Radio de León.
La orquesta Ayala era dirigida por José María Ayala de la Fuente, un militar que había abandonado el ejército para dedicarse profesionalmente a la música.
Formó una orquesta moderna para actuar en la recién inaugurada Sala de Fiestas Club Radio de León, junto con el cantante Fernando Mielgo, cuyo nombre artístico era Fernando León.
Con la incorporación de Gerardo Gómez a la batería y tres metales polivalentes: Ciriaco Cabrito, Bernardino de las Cuevas y José Bandín a la trompeta, saxo y violines, completó la moderna formación.
En la foto; Gerardo, Ayala, Fernando, Ciriaco, Bernardino y Bandín.
Con SUAVECITO ORQUESTA.
Foto de una de las primeras formaciones en las que dos músicos veteranos (Gerardo y Carlos) formaron un paquete compacto con otros conjunteros mas jóvenes (Eduardo Glnzalez Garcia “Tate”, Gonzalo (Luis Gonzalo García Alonso) XXX y el cantante Carlos Mariano (Mariano De Castro Santiago)
Con BETANIA. Es el primero por la izquierda de los agachados.Agachados, Gerardo a la batería y Carlos al saxo.
En pié,los de Ponferrada: Gerardo ‘Gadañas’ (organista), Laudelino a la trompeta, Rafa cantante y Suso al bajo.
Agachados, los de León: Gerardo (batería y Carlos (Saxo).